Columna
La indecisión parece ser una marca del espíritu de nuestra época... Bueno... a lo mejor... quién sabe...
© Stock Xchng
En el programa de humor norteamericano Saturday Night Live, Fred Armisen hace a veces un personaje fruto de ese trabajo de observación increíblemente agudo que distingue al buen comediante. El personaje se llama Nicholas Fehn, aparece en el segmento de parodia noticiosa “Weekend Update” y es un comentarista de actualidad. Usa ropa juvenil y parece tener todos los tics del opinólogo liberal, si es que eso significa algo. Pero Nicholas Fehn, que empieza a hablar cada vez con gran entusiasmo y una sana indignación por algún hecho político reciente, no puede terminar una sola frase de las muchas que empieza, porque se ve constantemente interrumpido por su propia incapacidad de priorizar. Pareciera que las palabras se agolpan en su cabeza y de camino hacia el exterior sufren un masivo accidente de carretera. No construye ningún argumento, ninguna opinión; aunque no al modo de esas personas distraídas pero geniales que van armando a retazos un discurso que se eleva como un árbol frondoso, con desvíos que son frutos, ramas, hojas verdes; un habla como una humareda, una escultura, como decía el cineasta Raúl Ruiz, que fantaseaba con que esa forma de hablar se podía fotografiar.
El contenido de esta sección está disponible solo para suscriptores
Dirige el Magíster en Edición de la Universidad Diego Portales. Tiene una editorial que se llama Libros del Laurel
Septiembre de 2012
Edición No.134
Publicado en la edición
No. 158La crisis de la novela ha sido anunciada con visos apocalípticos en distintos momentos de la historia de la literatura. A mediados de los noventa, uno de sus más destacados representante [...]
Publicado en la edición
No. 77¿Y al doctor quién lo ronda? Pues lo ronda, entre otras cosas, una peligrosa tentación en la que muchos caen. Ésta es la impresionante crónica de un anestesista que [...]