Iceberg
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Lección no aprendida
© Corbis
Es apenas lógico coincidir con quienes piensan que darle 15 años de prisión a Nicolás Castro, el joven que montó en Facebook el grupo “Me comprometo a asesinar a Jerónimo Uribe”, es una desproporción mayúscula. Arruinar la vida de un pelado por un acto absolutamente censurable y estúpido, pero afortunadamente sin consecuencias, es a todas luces una injusticia, más aún si uno piensa en la laxitud y el mimo que la Fiscalía les prodiga a los verdaderos criminales en Colombia. Y Nicolás Castro puede haber metido la pata, pero no es un criminal. ¿Se puede tildar así a un tipo tan chambón que abre una página amenazando a otra persona y monta una foto que en realidad corresponde al hermano de la víctima? No es un chiste: vean el pantallazo de Facebook reproducido en la revista Semana del 7 de diciembre. El amenazado es Jerónimo, pero el de la foto es Tomás.
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Diciembre de 2009
Edición No.104
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