Fotografía de Furrukh Khan
Quizás nos acusen de caerle al caído, pero ahora que murió Orlando Fals Borda, el último de los fundadores de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional (antes habían muerto Camilo Torres y Eduardo Umaña Luna), caemos en la cuenta de que a la sociología la afecta una enfermedad social; la sociología ya no es cool.
Es difícil exagerar el prestigio que tenía la sociología en los años sesenta y setenta en este país. Si uno estudiaba en una universidad pública o hacía parte de las minorías belicosas que despreciaban el vil metal y preferían las ideologías radicales en las universidades privadas, la mejor manera de no dormir nunca solo era estudiar sociología. Los sociólogos o aspirantes a sociólogos dominaban las redacciones cuadernícolas de la época, obtenían puestos de privilegio en las estructuras militantes, y el estudiante de sociología era el primero al que le pasaban el micrófono en los mítines.
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Septiembre de 2008
Edición No.90
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