Viajes
Tras una larga espera, un escritor venezolano al fin tiene la oportunidad de visitar la ciudad en la que fueron grandes Virgilio y Maradona. Entre el golfo, el Vesubio, el vino y la pasta, el autor intenta descifrar la esencia de la ciudad más bella del sur de Italia.
"Tienes que ver el Golfo" (esto, con otras palabras, lo he contado en alguno de mis diarios), me dijo mi madre con esa dulce firmeza con la que nos conminaba, a mí y a mis hermanos, a terminar con las tareas del colegio. Lo que más me impresionó de ese instante, tanto como la posibilidad de contemplar aquel paisaje tan lejano, fue la expresión “el Golfo”, como si fuera el único. En el contexto de la conversación era claro que se refería al Golfo de Nápoles. ¿Pero por qué ella que, como buena maestra de escuela, era tan cuidadosa en el uso de las palabras se refería a esa formación marítima como si no existiese otra en el planeta? Enseguida, mi madre comenzó a mencionar los numerosos atractivos de la ciudad italiana. No obstante, lo que quedó en mi memoria fue aquello de “el Golfo”. Así será de bello, me dije.
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Entre sus numeroso libros son dignos de mención 'Territorios', 'Preludios', 'Imagen, objetividad y confesión' y 'Diario literario'.
Abril de 2014
Edición No.151
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No. 207¿Quién fue Thelma Toole, a quien le debemos que La conjura de los necios, un clásico contemporáneo, haya visto la luz? [...]
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