Columna
En 1991, dos jóvenes que pasaban vacaciones en las islas Seychelles del Océano Índico quedaron atrapados en medio del golpe de Estado que derrocó al gobierno de turno. La pareja, un italiano y una argentina, fueron víctimas del azar hasta que un walkman cambió el curso de sus respectivas historias.
© Neil Emerson | Robert Harding World Imagery | Corbis
Una parejita llega a las islas Seychelles. Es el año 1991. Todavía no explotaron los resorts, ni el turismo cinco estrellas, ni es un paraíso fiscal. Las Seychelles, como Mozambique, eran socialistas hasta la caída de la URSS, y acaban de abrir sus fronteras para que el turismo hormiga cubra al menos en parte la ayuda soviética que recibían hasta ayer. Las Seychelles son un puñado de islas minúsculas en el Océano Índico, al norte de Madagascar y las islas Mauricio. Se llega en avión a la más grande, y después se cruza en bote de una a otra, cortesía o changa de algún pescador. No hay casi hoteles en las islas en 1991. El plan original de la parejita era Madagascar, pero al presentarse a embarcar en el aeropuerto de Nairobi se enteran de que la península malgache está en cuarentena por una epidemia de cólera y que la única opción para no perder el pasaje es Seychelles. Él es italiano, ella argentina, llamémosla Penélope, llevan apenas tres meses juntos, se conocieron en Marruecos y se confesaron la primera noche que el lugar que los dos más querían conocer en el mundo era Madagascar: bajo ese auspicio se desarrolló el romance, y cuando supieron que no habría Madagascar para ellos se dejaron convencer y aterrizaron en Mahé, capital de Seychelles, con la ilusión aún entera.
El contenido de esta sección está disponible solo para suscriptores
Juan, ¿esto es ficción o realidad?...
Fundador de Radar, el suplemento cultural de Página 12. Su último libro se titula 'El hombre que fue viernes'.
Septiembre de 2014
Edición No.156
Publicado en la edición
No. 210Un padre y su hijo de dos años van a conciertos de música clásica para conocerse en silencio. [...]
Publicado en la edición
No. 210Tras ver la portada de nuestra edición 198, un colaborador se percata de una metáfora recurrente en la historia gráfica, desde el surrealismo español de Dalí hasta l [...]