Perfil
Los fragmentos que conforman la memoria de un padre son muy particulares en el caso de cada hijo. El autor de este texto encuentra en unas manos fuertes de atleta, en unas precisas de cirujano y en unas débiles y ancianas el recuerdo del hombre que lo vio crecer.
Mi padre, en el papel de Elwood P. Dowd, en una obra del Teatro Comunitario Hickory, circa 1988
Mi padre se rompió el cuello jugando fútbol americano en la secundaria. Era un frío día de noviembre de 1944 y la práctica ya estaba acabando. Los árboles estaban desnudos bajo la luz cada vez más débil. Mi padre, que jugaba en la posición de corredor en la vieja formación de un solo flanco y usaba uno de esos cascos anticuados sin careta, recibió una fuerte embestida que le dobló el cuello hacia adelante y le produjo una fractura en la sexta vértebra cervical. Quedó inmóvil y aturdido en el suelo, sin poder entender las voces a su alrededor. Luego de un rato sintió que lo levantaban. La nuca le traqueó otra vez y el cuerpo se le adormeció.
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Marzo de 2015
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