A Jorge Luis Borges no le gustaba repetir sus chistes, pero más de una vez dijo que antes, cuando él había empezado su carrera de escritor, todo el mundo estaba de acuerdo con que primero se debía leer, luego pensar sobre lo leído, luego escribir y por último publicar. “Hoy por desgracia –suspiraba con su voz de septuagenario inofensivo– el proceso es al revés”.
La virtud de los buenos aforismos es que uno puede aislarlos de su contexto y aplicarlos a muchas otras circunstancias. Hagamos entonces el experimento: pensemos, a la luz del dictum borgiano, la escuálida realidad de la crítica literaria en Colombia.
Años ha, hasta el más resabiado literato aceptaba que la única condición a la hora de reseñar libros era haberlos leído. Por supuesto, en la práctica un número variable de gente hacía caso omiso del principio. Algunos se guiaban por la información de la solapa; otros picoteaban unos párrafos y después escribían resenciones tan elocuentes como desviroladas. Pero, al margen de su mayor o menor frecuencia, ambas prácticas eran mal vistas y se vivían de manera vergonzante. Nadie, ni el más desfachatado de los plumillas, se ufanaba de reseñar libros de los que apenas conocía el título.
Hoy en día pasa algo distinto. Los críticos literarios de la actualidad no solo no leen lo que reseñan sino que hacen de esa ignorancia un motivo de orgullo.
¿Una exageración? Ya quisiéramos.
En Sombralarga.com, una joven revista de Bogotá que llega a su segundo número, los editores publican con gran pompa un ensayo títulado “Algunos apuntes sobre la nueva literatura colombiana”. Su autor, Sebastián Pineda, no es precisamente un palurdo. Estudió en la Universidad de los Andes, fue “asiduo contertulio del escritor Germán Espinosa”, más tarde investigador del Caro y Cuervo y posteriormente administrador de un blog sobre temas literarios en el periódico El Tiempo. Aparte de eso, ha publicado un par de libros –La musa crítica: teoría y ciencia literaria de Alfonso Reyes y Breve historia de la narrativa colombiana– y en la actualidad adelanta un doctorado en Alemania, siguiendo, suponemos nosotros, los pasos de quien debe ser su ídolo hermenéutico, Rafael Gutiérrez Girardot.
En su ensayo, Pineda se pregunta “cuáles, de las últimas novelas colombianas de los últimos cinco años, ha...
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Junio de 2015
Edición No.164
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No. 210La FIFA implementó el videoarbitraje hace apenas un año, y tanto los jugadores como los espectadores aún intentan aclimatarse a las nuevas condiciones. Sus defensores dicen: &ldqu [...]