Qué haces esta noche apoyado en la baranda de una terraza
mirando a lo lejos las luces de los barcos, descifrando
las palabras que murmuran las palmeras en el viento,
esforzándote por diferenciar, sin saber muy bien por qué,
el sonido que hacen las olas en la orilla oscura,
entre las que llegan y las que mansamente se retiran,
mientras fumas un cigarrillo solitario a las dos de la mañana
con un gesto ausente, como si fueras la foto fallida
de un director de cine injustamente olvidado
que nunca salió en la portada de una Vanity Fair.
Quizás pienses en lo que te espera cuando terminen
las vacaciones y tengas que enfrentarte a todos los fantasmas
que allá te aguardan, que allá con sus cuchillos afilados
te quieren dar la más cordial de las bienvenidas.
Por eso aprovechas esas últimas horas que te quedan
para disfrutar con tu camisa a cuadros y con el viento en la cara,
allá en las alturas donde te sientes intocable,
esa mínima pero inmensa libertad de estar ausente.
Qué haces a esta hora de la noche
mirando el mar, con cierto ademán suicida en la terraza
deteniéndote en todo lo que sucede en el hotel,
como si filmaras una película que inicia la primera toma
con un lento barrido que va desde los quioscos de la playa
hasta enfocar las luces apagadas de las habitaciones,
pasando por las palmeras que agitan sus manos
abiertas en el aire como suplicándote
que te vayas a dormir de una vez por todas,
antes de que sea demasiado tarde.
Qué haces qué pides qué respuestas buscas desde el piso catorce
mientras la brisa borra la huella de tu cigarrillo al igual que la estela de las olas,
ahora que sabes lo fácil que es desaparecer para siempre
y llevarte a la tumba los secretos de tu obra maestra,
ahora que sabes que nunca aparecerás en una portada
de una Vanity Fair.
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Invitado Festival Malpensante 2009. Entre sus libros se encuentra 'Páginas de en medio' publicado por Alfaguara.
Agosto 2015
Edición No.166