Artículo
Ser editor implica responder a las ilusiones de muchos autores con un no. Algunos han convertido esa obligación cotidiana en una brillante forma de infamia cercana a la literatura. La correspondencia entre colaboradores y editores del Magazín Dominical de El Espectador revuelve en el mismo cesto las perlas y los cerdos.
Ilustración de Marcianita Barona
Todo el mundo tiene un libro dentro, pero en la mayoría de los casos es ahí donde debería quedarse.
Christopher Hitchens
Gracias por los elogios. Lamentamos no poder retribuírselos.
Respuesta del Magazín Dominical a un lector
Hubo un tiempo en el que para saber si servías o no como escritor podías recurrir, si te atrevías, al más contundente y severo de los dictámenes: el del Magazín Dominical del diario El Espectador en la década de los sesenta.
El día de descanso dejaba de serlo para quienes entre la desazón, la esperanza y la expectativa se hacían a un ejemplar del hebdomadario para verificar si su poema, su cuento, su ensayo, aquel escrito en el que dejaban la vida y que enviaban con total convencimiento, era por fin objeto del beneplácito de los editores. Acaso con su publicación podrían arañar un poco o mucho de la gloria prometida del Parnaso.
La eclosión literaria de los sesenta tuvo en el Magazín, publicación en formato tabloide dirigida por el legendario Gonzalo González Fernández, GOG (Aracataca, 1920 - Bogotá, 1992), una certera plataforma de legitimación. No fue el único órgano encargado de establecer un canon literario, pero hizo lo suyo al divulgar la obra de los autores de la generación Mito (es de antología su edición monográfica a la memoria de Eduardo Cote Lamus), al apostarle de frente y con entusiasmo al nadaísmo y al dedicar páginas enteras –como las del recordado ejemplar del 1° de mayo de 1966 que incluyó el primer capítulo de Cien años de soledad– a intuir lo que llegó a ser Gabriel García Márquez.
Había una manera de saber si el Magazín te había catapultado hacia la cima, y era ver publicado tu nombre en letra de molde, encabezando tu esforzado escrito. Por el contrario, si te leías en la sección “Cartas del Domingo”, te aguardaba la infamia y el desprestigio.
Semana tras semana, abnegados intentos de escritor hac&...
El contenido de esta sección está disponible solo para suscriptores
Jefe musical de Radio Nacional de Colombia y coautor del libro 'Jazz en Bogotá'.
Agosto de 2017
Edición No.188
Publicado en la edición
No. 204Uno de los frecuentes candidatos al Nobel confiesa su necesidad de llevar diarios, esos cuadernos por donde se cuela la luz. [...]
Publicado en la edición
No. 210El vaso está lleno. Callar y acelerar el paso ante la intimidación masculina ya no es la primera opción de supervivencia. [...]