Con gran dolor, sobre todo nuestro, Viviana Castiblanco nos deja para seguir con sus estudios. La subeditora de esta publicación estuvo dos años con nosotros, detectando con su mirada microscópica cuanto error pasara desapercibido a los ojos miopes del editor, y mejorando anónimamente, con sus observaciones detallistas, las obras ajenas. Abandona el barco, pero luego de haberse asegurado, una y otra vez, de sellar las fugas que lo hubieran puesto en zozobra. Echaremos en falta su capacidad de traer orden al caos, sus atuendos tan cambiantes, su rigor, sus diversos colores de pelo. Extrañaremos cómo hacía mejor esta revista. La extrañaremos a ella, a su presencia sutil y discreta. Y usted también, lector, aun sin saberlo.
Octubre 2018
Edición No.201
Publicado en la edición
No. 224Siga este dechado de buenas prácticas estéticas para hacerse a un buen nombre en su galería de confianza. [...]
Publicado en la edición
No. 215. [...]