Entonces son hordas
estelas,
excesos
de barcos en la noche.
Entre las largas brumas
que desprende
la boca del abismo,
un rebaño de acero
traquetea
para el viento y viene
partiendo la líquida espesura
que se impulsa por los contenedores
que vibra por los contenedores
que canta y brama por la
miel que brota de los contenedores.
Son los cuernos de lo postapocalíptico
vadeando hasta morder los puertos
que crujiendo están de adoración y guerra
ante el arribo de todas las nuevas formas de la carne:
galpones olorosos
de pan que no existe.
Cartones de huevos
desde los que nace,
con esfuerzo verdaderamente animal,
un pollo plástico.
Granjas de cerdos
para alimentar cerdos.
800 millones de cáscaras de huevos
y navíos
dormidos al centro de navíos.
Las marchantas,
por su parte,
destapan baúles
en busca de pendientes
de piedra,
de vidrio,
exprimida hasta
lo plástico,
y a su paso
descartando van
cajones de manzanas
que no conocen la bondad
de estropearse para nadie.
En los muelles,
ante la estiba de los días,
prodigamos la antigua costumbre
de ofrendar pavor y asombro
a lo que viene del mar.
El contenido de esta sección está disponible solo para suscriptores
Su último poemario se titula ?Chinatown? a toda hora (2017). Esta pieza hace parte de su próximo libro, aún inédito.
Mayo 2019
Edición No.207
Publicado en la edición
No. 209El trabajo de Ruven Afanador se ha caracterizado por la ambigüedad de sus retratos. En cambio, esta nueva serie suscita preguntas: ¿habrá otra forma de presentar a Colombia en el ex [...]
Publicado en la edición
No. 215Un escritor colombiano subarrienda su pequeña buhardilla francesa, luego de alquilarse él mismo a una anciana provocadora. Convertido en concubino literario, huye de una relación [...]