Breviario
Un hombre narra estos relatos de barcos hundidos mientras flota en altamar aferrándose a su propio nombre, como a un madero, para no ahogarse.
El Glenbervie transportaba una carga de pianos y licores cuando encalló en Lowland Point, cerca a Coverack, Cornualles, en 1902.
Cuando John Gibson comenzó a perseguir el rastro difuso de los naufragios, era un pescador que amaba la fotografía. Las costas de Inglaterra eran entonces, en la noche del siglo XIX, el hogar natural de los naufragios, el último destino de muchos barcos. Fue en ese contexto que el pescador, devenido en fotógrafo entusiasta, empezó a capturar los encallamientos, que todavía eran comunes en aquella época. Gibson, consciente quizá de que la vida de un hombre no alcanza para dar testimonio de su tiempo, metió a sus dos hijos, Herbert y Alexander, en la búsqueda de siniestros. Salían con sus cámaras, recorrían las costas de Cornualles y sus pasos, sin extraviarlos, los llevaban al lugar de los hechos; las fotografías circulaban en periódicos y revistas del país. Así, la familia Gibson estuvo por cien años, desde 1869, atestiguando el drama de los barcos postrados, su esplendor y derrota, y también, por muy raro que suene, la belleza de esas naves que se desvanecían en las olas, en el frío invernal.
Los Gibson se diferenciaban de los demás fotógrafos por lo estético de su mirada. En sus fotos aparecen estos barcos hundiéndose con un último grito de dignidad, como lo dijo la escritora Bella Bathurst en su libro The Wreckers: “Estas fotografías son incuestionablemente bellas. No es que, uno supone, la tripulación y los pasajeros de estos naufragios se preocuparan mucho por su aspecto mientras se precipitaban a su tumba, sino que, al mostrar estos barcos y a las personas que los rodean, con tanto cuidado y veracidad, las fotografías sí les regresan algo de dignidad final”.
El oficio de los Gibson, su búsqueda sin fin de naufragios, desapareció con la muerte del último fotógrafo del clan, Frank, en 2012. El archivo que dejaron da cuenta de más de doscientas zozobras en las aguas desleales de Cornualles y las islas Sorlingas. Son 1.360 negativos en vidrio y película que hoy reposan en el Museo Marí...
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Colabora en especiales del diario El Espectador, sus textos han aparecido en medios y revistas nacionales y extranjeras como La Tercera, Global, Semana y El Heraldo. Ha sido investigador y guionista para la televisión pública.
Noviembre 2020
Edición No.224
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