Leandro
Leandro Díaz pudo hacer desde las tinieblas la cartografía más luminosa del paisaje del Magdalena Grande. Este es el primer capítulo de una novela, próxima a publicarse, sobre la vida del juglar ciego que percibía la luz con las yemas de sus dedos.
POR Alonso Sánchez Baute

Esta foto, tomada cerca del río Tocaimo, Cesar, recuerda estos versos de "Matilde Lina": ‘Las aguas claras del río Tocaimo me dieron fuerzas para pensar’ (2011).
ACERCA DEL AUTOR

Su novela Al diablo la maldita primavera se ha convertido en un referente de la literatura urbana colombiana.