Un gato llamado Jeffrey

Un poema por Chirstopher Smart

POR Christopher Smart

Enero 27 2021
© Corbis

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Christopher Smart (1722-1771), una de esas rara avis que pueblan el siglo XVIII inglés, escribió Jubilate Agno al final de su vida, cuando vivía confinado en un manicomio y solo algunos amigos cercanos, entre ellos Samuel Johnson, sabían de su vida. Jubilate Agno es un poema de acción de gracias a Dios y a la vez un canto de alabanza al mundo físico y a sus accidentes, entre los que su gato Jeffrey, que lo acompañó en su confinamiento, tiene un lugar de honor. Así, entre loas al Señor y azarosas referencias bíblicas, Smart va deslizando ingenuidades y guiños cultos, neologismos y juegos de palabras, detalles grotescos y sorprendentes, y el resultado es un poema excesivo, un prodigio de humor que mezcla referencias y planos de discurso con el pulso ensimismado y lúdico de un niño.

La vida de Smart se divide en una primera etapa de éxitos y reconocimientos seguida de otra de privaciones e incomprensión al verse incapaz de controlar sus deudas y su inestabilidad emocional. Fue arrestado en 1747 y en 1756 encerrado en el hospital de San Lucas, donde escribió la poesía por la que es recordado ahora. Con todo, el fragmento gatuno de Jubilate Agno me parece ahora no tanto la obra de un loco como la de alguien cuya sensibilidad ha alcanzado un grado máximo de tensión: la más ligera vibración del aire o de la tierra lo hace temblar. Una aparente fragilidad que, sin embargo, no le impide jugar con el mundo y bañarse en el agua de las apariencias inmediatas.
 
—J. D

 

Jubilate Agno (fragmento)

Pues he de alabar a mi gato Jeffrey.
Pues es un sirviente del Creador, a quien sirve diaria y
debidamente.
Pues con el primer rayo de la gloria de Dios en el Este
o adora al estilo gatuno.
Pues lo adora doblándose sobre sí mismo siete veces
con rápida elegancia.
Pues salta para adueñarse del almizcle, que es la
bendición con que Dios responde a su plegaria.
Pues rueda de alegría para absorberlo.
Pues habiendo cumplido con su deber y recibido la
bendición divina empieza a pensar en sí mismo.
Pues procede en diez etapas.
Pues en primer lugar inspecciona sus zarpas
delanteras para ver si están limpias.
Pues en segundo lugar se rasca el trasero para limpiarlo.
Pues en tercer lugar se estira con las zarpas delanteras 
extendidas.
Pues en cuarto lugar afila sus zarpas en una estaca.
Pues en quinto lugar se lava.
Pues en sexto lugar rueda sobre sí mismo.
Pues en séptimo lugar se despioja, para hacer más
efectivas sus rondas.
Pues en octavo lugar se frota contra un poste.
Pues en noveno lugar alza los ojos, esperando
instrucciones.
Pues en décimo lugar sale en busca de alimento.
Pues habiendo pensado en Dios y en sí mismo,
empieza a pensar en su vecino.
Pues si se cruza con otra gata la besa con ternura.
Pues cuando atrapa a su presa juega con ella para 
darle una oportunidad.
Pues un ratón entre siete escapa gracias a sus
devaneos.
Pues cuando termina su ronda diurna empieza
su verdadera tarea.
Pues vigila al adversario del Señor en la noche.
Pues confunde los poderes de la oscuridad con su
piel eléctrica y sus ojos cegadores.
Pues confunde al Diablo, que es muerte, al saltar
nervioso de vida en vida.
Pues al amanecer ama al sol y el sol le ama.
Pues pertenece a la tribu del Tigre.
Pues si el Gato es el Querubín el Tigre es el Ángel.
Pues tiene la sutileza y el bufido de la serpiente, que
por bondad suprime.
Pues no causará destrucción si se le alimenta bien, ni
escupirá sin ser provocado.
Pues ronronea agradecido cuando Dios le dice que es
un buen Gato.
Pues instruye a los niños en la benevolencia.
Pues toda casa está incompleta sin él, y el espíritu no se
siente del todo bendecido.
Pues al huir de Egipto los hijos de Israel, el Señor
habló de gatos con Moisés.
Pues cada familia se llevó al menos uno consigo.
Pues los Gatos Ingleses son los mejores de Europa.
Pues es el cuadrúpedo más limpio en su uso de las
zarpas delanteras.
Pues su destreza en la defensa es un ejemplo del
inmenso amor de Dios.
Pues es la más rápida de las criaturas.
Pues es tenaz en la defensa de su territorio.
Pues es una mezcla de gravedad y ligereza.
Pues sabe que Dios es su Salvador.
Pues nada hay más dulce que la paz de su sueño.
Pues nada hay más ágil que su vida en movimiento.
Pues es pobre y bienaventurado a ojos del señor... mas
¡pobre, pobre Jeffrey!, la rata te ha mordido la
garganta.
Pues bendigo el nombre del Señor al ver que Jeffrey
mejora.
Pues el Espíritu Santo llega hasta su cuerpo y lo
sostiene y lo completa.
Pues su lengua es tan pura que tiene de pureza lo que
no tiene de música.
Pues es dócil y puede aprender ciertas cosas.
Pues puede sentarse gravemente, lo que muestra
paciencia en la aprobación.
Pues puede traer y llevar objetos, lo que muestra
paciencia en el trabajo.
Pues puede saltar sobre un palo, lo que prueba sin
lugar a dudas su paciencia.
Pues puede tumbarse si se le ordena.
Pues puede saltar de lo más alto al regazo de su dueño.
Pues puede atrapar un corcho y echarlo a rodar de
nuevo.
Pues es odiado por el hipócrita y el avaro.
Pues éste teme ser descubierto.
Pues aquél niega los cargos.
Pues dobla su espalda como un camello al pensar en su 
tarea.
Pues es hermoso pensar en él, a condición de que nos
expresemos con propiedad.
Pues fue muy útil a Egipto por sus señales y posturas.
Pues mató a la rata de Icneumon, que daña la tierra.
Pues sus oídos son tan finos que saltan sin descanso.
Pues esto explica la rapidez con que se incorpora y
tiende.
Pues al acariciarlo he descubierto la electricidad.
Pues percibo en él la luz de Dios, la cera y el fuego.
Pues el fuego eléctrico es la sustancia espiritual que
Dios envía desde el cielo para sustentar los
cuerpos de los hombres y las bestias.
Pues Dios lo ha bendecido al darle tantos
movimientos.
Pues, aunque no puede volar, es un escalador
consumado.
Pues domina más movimientos que cualquier otro
cuadrúpedo sobre la tierra.
Pues puede seguir todos los compases musicales.
Pues puede nadar para salvar su vida.
Pues puede arrastrarse.
 
 
Escrito circa 1760
Fecha de publicación: 1939

ACERCA DEL AUTOR


Christopher Smart

Una de esas rara avis que pueblan el siglo XVIII inglés, escribió Jubilate Agno al final de su vida, cuando vivía confinado en un manicomio.