“Busqué reflejar con la ropa la tranquilidad de los momentos felices”: una entrevista con la diseñadora de vestuario Gigi Lepage

Simone, la mujer del siglo es la tercera película de la trilogía creada por Olivier Dahan en la que retrata a grandes mujeres del siglo XX. La humanista y política Simone Veil se despliega en la gran pantalla desde una mirada íntima de su defensa de los derechos humanos y los derechos de la mujer. Distribuida por Cine Colombia, Simone, la mujer del siglo se estrenó el 12 de enero de 2023 en Colombia. Para acercarnos a esa intimidad narrada en el film, presentamos una entrevista con la diseñadora de vestuario Gigi Lepage.

Entrevista cedida por Cine Colombia.

Traducción por Carlos Laverde Ordoñez. 

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Enero 27 2023
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¿Cómo le pareció el guion?

¡Recibí una bofetada al leerlo! Al comienzo temía que el período muy político de la vida de Simone Veil fuera un poco menos emocionante, pero en realidad fue una completa dicha trabajar cada una de las épocas, entre ellas la parte política de 1974 hasta los años noventa.

 

¿Qué representaba para usted Simone Veil?

Una mujer fuerte. Ante todo una figura política muy poderosa que las jóvenes deberían conocer. Pero estaba lejos de saber todo acerca de su trayectoria, en particular de su compromiso en favor de las condiciones penitenciarias de los detenidos en Francia y Argelia. ¡Tampoco conocía los detalles de los horrores que había vivido! Y muy poco de su familia, que sufrió tanta tragedia. Era una gran mujer, modelo de valor, tenacidad, bondad y libertad.

 

¿Con qué estado de ánimo abordó este proyecto?

Habiendo sido formada como diseñadora de moda, estaba, claro está, muy emocionada con la ropa de Channel que Simone Veil utilizaba. En colaboración con esa casa, tuve la suerte de tener en mis manos documentos auténticos relativos a los modelos Channel que utilizaba, lo que me ayudó mucho sobre todo en lo relativo a materiales y colores. Pero todo el trabajo fue emocionante, desde el comienzo de los años treinta en el puerto mediterráneo francés de la Ciotat, hasta los años noventa.

En lo relativo a la Shoah (el holocausto), tocó evidentemente documentarse a través de todos los soportes que existen acerca de este tema escalofriante. En especial muchos relatos de personas deportadas, algunos de los cuales son difíciles de leer, entre ellos documentos que poca gente ha querido mirar, lo que durante mucho tiempo fue mi caso, pues las imágenes son pesadas y los relatos dolorosos.

La Shoah es un tema pesado y difícil de abordar, por eso trabajamos en estrecha colaboración con un historiador experto en el tema.  A su vez, con el equipo de arte intercambiamos día y noche información, documentación y otros elementos, al igual que con los demás equipos.

 

¿Qué trabajo de investigación realizaron?

Buscamos hacernos a todo tipo de documentos: libros, revistas, dibujos animados, imágenes de archivo, etc. El material visual del Instituto Nacional Audiovisual de Francia nos fue muy útil. Para la década de los años treinta me inspiré en algunas fotos que encontré en libros y en internet acerca de la vida de Simone Veil, de la de Milou, su hermana, y de la del resto de la familia.

Para el período de la Ocupación, evidentemente leímos mucho sobre la Shoah, los ejércitos, la vida de la gente del común durante la Ocupación, etc. Incluso tuvimos el inmenso placer de reunirnos con Marceline Loridan Ivens, cuyo apellido de soltera era Rozenberg.

Para el tren de deportación buscamos el máximo de información sobre el vagón 71, el de la señora Veil, con el fin de ser más precisos en relación con lo que habíamos leído.

 

¿Cuáles fueron las etapas importantes de la evolución de cómo se vistió Simone Veil?

La transición comenzó cuando ingresó al gobierno y empezó a llevar puesta ropa de la Casa Channel, por la que sentía un afecto especial y con la que se vestiría hasta la década de los años noventa. Fue la época en que para las mujeres que hacían política y las esposas de los miembros del gobierno eran de rigor las prendas de alta costura.

Los sastres Channel icónicos de la señora Veil fueron a mi parecer aquel de tweed y blusa de seda azul pato del 26 de noviembre de 1974 y el de lana azul-verde-blanco-negro del 29 de noviembre de 1974, fechas en las cuales presentó ante el Congreso el proyecto de legalización del aborto (IVG). Podríamos incluir igualmente el sastre de tweed blanco y azul hielo del 17/18 de julio de 1979 que lució en el Parlamento europeo de Estrasburgo.

 

¿Qué libertades se tomó usted?

De 24 fechas diferentes entre 1937 y 2006, 110 papeles y 2700 extras, tuve la libertad de imaginarme la indumentaria de todos aquellos que no pude identificar en fotos o video. En relación con la madre de Simone Veil interpretada por Élodie Bouchez, existen muy pocas fotos y la mayoría de ellas son retratos. Por esto traté de aproximarme al estilo de las prendas que portaba en cada situación. Especialmente en aquellos días apacibles en la Ciotat en que busqué reflejar con la ropa la tranquilidad de los momentos felices, como ese.

 

¿Cómo abordó usted las escenas de deportación?

Vimos muchas películas sobre el tema y reunimos, como le dije anteriormente, igual cantidad de documentación. Investigamos acerca de la ropa, accesorios, recolectamos por doquier fotos de esas décadas y confeccionamos todo lo que no encontramos en condiciones adecuadas, luego procedimos a pruebas de vestuario, pátinas, nuevas pruebas y nuevas pátinas...

Recordaré siempre el primer día de rodaje de la parte de la Shoah en Hungría, cuando nos acercamos al plató: el cielo aún negro, hacía frío, estábamos enceguecidos por las luces de los faros giratorios situados a lo lejos entre los árboles como platillos extraterrestres, perros que ladraban, gritos y de repente esa enorme locomotora de vapor que echaba humo como un dragón. En ese momento nos dijimos: “¡Eso es, la tenemos!”. La emoción durante la escena fue fuerte.

 

¿De qué se acordará tras esta experiencia?

¡De mucho trabajo a alta velocidad! De un tsunami de información, altavoces, actores, extras, una verdadera colaboración en equipo y solidaridad entre equipos, intercambios verbales pausados a veces por risas o lágrimas, por momentos de angustia o emotividad. Todo el mundo se sentía concernido, era genial.

 

 

Simone

 

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