"Fue mi deseo de precisión lo que nos hace vivir esta sensación de ser transportados por la fuerza emocional de la película": Christian Marti, director artístico.

Simone, la mujer del siglo es la tercera película de la trilogía creada por Olivier Dahan en la que retrata a grandes mujeres del siglo XX. La humanista y política Simone Veil se despliega en la gran pantalla desde una mirada íntima de su defensa de los derechos humanos y los derechos de la mujer. Distribuida por Cine Colombia, Simone, la mujer del siglo se estrenó el 12 de enero de 2023 en Colombia. Para acercarnos a esa intimidad narrada en el film, presentamos una entrevista con Christian Marti, director artístico de la película.

Entrevista cedida por Cine Colombia.

Traducción por Carlos Laverde Ordoñez. 

POR

Enero 25 2023
Simone

 

“La destrucción del pasado es tal vez el más grande de los delitos”.

 “Nos guste o no, conscientes o no, somos responsables de lo que nos unirá mañana.

Estamos hechos de lo que nos precedió y de lo que nos compromete con el futuro”.

Frases legendarias de Simone Veil

 

 

¿Cuál fue el proceso para abordar este proyecto?

Desarrollar este proyecto era un reto. Lo que nos guió fue mostrar a Simone Veil en su determinación como mujer comprometida y madre de familia, su apego a los valores humanos y familiares, y reflejar la evolución de su estatus a lo largo de su carrera. Cuando abordo un proyecto trato siempre de encarnar el personaje y comprender íntimamente su mirada sobre la época y lo que podrían ser sus sentimientos.

 

¿Qué representaba Simone Veil desde su punto de vista?

Una  mujer fuerte, valiente, comprometida, emblema de los verdaderos valores de la República. Me conmueve su humanidad, bondad, generosidad. Conviví, por decirlo de alguna manera, con la figura pública de Simone Veil, pero no conocía bien su obra en el seno del Ministerio de Justicia, o su compromiso en favor de los enfermos de sida. Esta mujer atravesó tantas situaciones dramáticas; eso es lo que le dio su fuerza de carácter. Simone Veil no se rinde nunca. De hecho, la primera cosa que me vino en mente leyendo el guion fue que tuvo un destino alucinante, ¡y que fue una mujer increíble!

 

¿En qué consistió la documentación?

Estaba evidentemente la autobiografía de Simone Veil, que fue un pilar para nosotros. Utilizamos además todo lo que podía ilustrar nuestro análisis: el archivo del Instituto Nacional Audiovisual (INA) y de la Biblioteca Nacional, los artículos de prensa, así como las fotos de familia, de la pareja Simone-Antoine en la intimidad del hogar, los álbumes de infancia y la casa de sus padres en el puerto de Ciotat, en la Provenza francesa.

 

¿Cómo organizó la selección de las locaciones?

La película se estructuró alrededor de escenarios naturales a los cuales se les inyectaron elementos claves, diseño, pintura, etc., para alimentar la narración, y con los elementos históricos necesarios para que el espectador pudiera darle luces a la época. De esta manera, los automóviles, por ejemplo, son marcadores que permiten situarnos inmediatamente en el tiempo. Lo más importante para un director artístico es trabajar en las sensaciones que se tienen al descubrir las imágenes, o dicho de otro modo, alcanzar algo del ámbito de lo invisible que desencadena nuestras emociones. Un decorado bien logrado es aquel que no se nota, que desaparece tras los personajes.

 

La gama de colores evoluciona a lo largo de la película

En efecto, la infancia de Simone Veil en los años treinta está matizada por el azul del Mediterráneo y la presencia solícita de la madre, personaje solar y luminoso, que nos condujeron a una toma de partido impresionista. Luego nos sumergimos en el caos yendo hacia un casi completo blanco y negro al interior de los campos de la muerte, con solo el color desaturado de los tonos de piel: en Auschwitz ya no hay color, solo los rostros y los cuerpos nos lo recuerdan. Luego, al pasar las décadas que marcan el regreso a la vida, le reinyectamos color a la película.

 

¿Trató usted de permanecer lo más fiel posible a la realidad histórica?

Fue mi deseo de precisión lo que nos hace vivir esta sensación de ser transportados por esa fuerza emocional de la película en la que todos los sentidos son sacudidos. Hubiéramos podido dejarnos seducir por el expresionismo, pero las imágenes de archivo son tan atractivas que se imponen por sí solas.

 

¿Qué reto tuvo en las secuencias de los campos de concentración?

Con Olivier Dahan nos planteamos muchas preguntas, pues deseábamos respetar la veracidad histórica. Nos alimentamos de la narrativa, volvimos a ver documentales básicos como Noche y Neblina, y aunque nuestra recreación era rigurosa, no descendimos tan profundo en el horror como algunas películas en las que la atrocidad se convierte en una especie de voyerismo. Nos preguntamos entonces cómo dar esa sensación de pesadilla al cien por ciento conservando un mínimo de dignidad y mirada benévola. Optamos por una atmósfera visual casi monocroma y por los barracones, por los bosques, acentuando así la monocromía.

 

Después de la guerra, Simone Veil inició su reconstrucción personal y su construcción política

Es en un universo empolvado que Simone comienza su carrera. Quisimos mostrar cómo la burocracia de los años cincuenta –la justicia, el medio penitenciario, el gobierno– y las prisiones inhumanas hacían parte de un universo balzaquiano. Deseamos poner en primer plano la determinación con que Simone Veil luchó contra la injusticia y a favor de la dignidad humana: era una mujer de acción que evolucionó en universos muy masculinos: los ministerios, el Congreso, las campañas electorales donde le tocó enfrentar la rabia de los fascistas y los machistas.

 

¿Cómo reconstruyó los momentos más emblemáticos como el discurso en el Congreso?

Rodamos en el Congreso y estuvimos de buenas, ¡porque hubiera sido complicado reconstruir un escenario tan importante!

La inspiración más importante son los documentos, sobre todo cuando se trata de personajes reales. Teníamos la obsesión de ser justos y no traicionar la realidad de los hechos, pero no estábamos haciendo un documental. Sencillamente buscamos sistemáticamente la parte más espectacular de las escenas. A veces la realidad sobrepasa la ficción, y cuando uno ve los archivos, eso se confirma: es necesario ir, en ese sentido, hacia lo más espectacular para poder conservar esa sensación física cuando estamos descubriendo una imagen.

 

¿Y para la intimidad de pareja?

Se buscó trabajar sobre el contraste, las texturas: pintamos a mano los fondos de pantalla y les dimos a esos espacios tranquilidad y belleza sin adornos; quisimos que los mismos incitaran a la reflexión.

 

¿Cuál fue su experiencia con la colaboración de Gigi Lepage?

Yo ya conocía a Gigi pues anteriormente habíamos preparado un proyecto juntos para Olivier, el cual no se concretó. Gigi es una colaboradora formidable con la sensibilidad a flor de piel: reflexionamos juntos, nos ayudamos mutuamente y compartimos nuestros talleres. Se involucró en el proyecto desde el inicio, y gracias a su material extremadamente rico nos proveyó de información vital acerca de los campos de concentración.

 

 

Simone

 

 

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