“Hacer una película es un sufrimiento total”: Yohan Manca

Yohan Manca tiene apenas 32 años pero ya es una de las figuras emergentes más importantes del siempre prestigioso cine francés. El Malpensante habló con él sobre su elogiada ópera prima, Mis hermanos y yo, de estreno esta semana en Colombia.

POR El Malpensante

Septiembre 21 2022
 “Hacer una película es un sufrimiento total”: Yohan Manca

Yohan Manca

 

Las calles de Fontainebleau desprenden un olor a dinero, lujo y nostalgia de un pasado aristocrático. No por nada se dice que esta pequeña ciudad al sureste de París es uno de los dos únicos lugares de Francia –junto con Versalles– en donde no se celebra cada año el 14 de julio, fiesta conmemorativa de la toma de la Bastilla que marcó el comienzo de la Revolución francesa.

Es en esa peculiar población que el 9 de octubre de 1989, doscientos años después del inicio de la Revolución, nació Yohan Manca. Esto podrá no parecer algo importante, pero sí es por lo menos curioso si se tiene en cuenta que Manca es el director de Mis hermanos y yo (“Mes frères et moi”), una de las películas del cine francés que más han dado de qué hablar últimamente. En efecto, el escenario de la película es casi el completo opuesto al de la opulencia de Fontainebleau, pues transcurre en Marsella, al sur de Francia, una de las ciudades más violentas de toda Europa. Como si Manca se burlara en la cara de su propio pasado. La trama gira alrededor de la vida de Nour, un adolescente de 14 años, que descubre gracias a Sarah, una profesora de ópera que dicta un curso de verano, una inesperada pasión por el canto lírico. Una pasión a la cual no puede darle la espalda pero que sus tres hermanos, todos mayores que él, rechazan. El asunto se complica aún más por el hecho de que su madre se encuentra tendida en una cama de una unidad de cuidados paliativos, esperando el llamado final de la parca.

Mis hermanos y yo es una historia de amor familiar, pero también de violencia y dolor, en la que la música de Giuseppe Verdi y Gaetano Donizetti se mezcla con el ruido de las lágrimas y los golpes. El largometraje ha recibido elogiosas palabras de la crítica y fue incluso seleccionado en el Festival de Cannes para competir en Un certain regard (“Una cierta mirada”), categoría en la cual participan películas que cuentan historias no tradicionales de una manera audaz e innovadora, apelando a nuevos recursos técnicos o narrativos.

La película será estrenada en las salas de cine colombianas el próximo jueves 22 de septiembre. A propósito de esto, El Malpensante conversó brevemente con el joven director sobre la delgada frontera entre violencia y amor, el arte como medio para salvar vidas, las segundas oportunidades y la reciente muerte de Jean Luc Godard, entre otras cosas.

 

El Malpensante: Mis hermanos y yo es una de esas películas en las que pareciera que todo fluyó durante la producción. Es de esas pequeños joyas del cine que le hacen a uno pensar: “Qué fácil hacer esta película”. ¿Cómo fue el proceso?

Yohan Manca: Lo más importante de todo el proceso de escritura y producción de la película fue que esta es una historia de corazón. Es una historia basada en un momento de mi vida muy importante, que fue cuando conocí a mi profesor de francés a los 14 años. Un profesor que me cambió la vida: cambió totalmente mi mirada sobre mi familia, sobre mí, sobre todo. Aunque debo decir que es una historia novelada, porque yo no tengo hermanos; así buscaba sacar lo dramático de toda la situación. Esta película es una forma que tengo de decir que lo más importante es el poder del arte de salvar vidas, y que debemos tomar de la mano a los jóvenes que no tienen la suerte de conectarse con el arte durante su infancia.

El Malpensante: La película trabaja las emociones masculinas del joven en crecimiento, esas emociones del proceso de volverse hombre, pero al mismo tiempo de tener cierta sensibilidad. ¿Cómo ve la situación de los hombres jóvenes hoy en torno a sus emociones y al hecho de ser exigidos como varones? 

Yohan Manca: Creo que en 2022 vivimos una época especial en la que escuchamos todo el tiempo cosas del tipo: “Tú eres un hombre muy femenino”, o “tú eres un hombre muy machista”, o “tú eres un hombre muy masculino”. Yo no creo en estas diferencias. Creo que puedes ser muy femenino y un poco machista. Muy machista y un poco femenino. O muy violento y muy femenino. Me parece que es un peligro ponerle etiquetas así a la gente. Por ejemplo, en la película está el hermano grande, que quiere exponer su virilidad y dejar en claro que él es el hombre de la familia y del barrio. Pero es falso, es una pantalla, porque llora a menudo y es muy dulce con su madre. La vida es una pintura de muchos colores, y si se ven las cosas solo en blanco y negro, es muy peligroso para el futuro. Para el futuro de la condición femenina, particularmente. Creo que así, de cierta manera, se cae en pensamientos fascistas.

El Malpensante: Hablemos un poco de esa frontera entre fraternidad y violencia expuesta en la película y que se encuentra muchas veces en los barrios socialmente más excluidos. Porque uno se da cuenta de que hay un sentido de protección enorme y de encuentro –y de amor, finalmente– entre los hermanos, y a la par está la imagen de que están ahí los cuatro juntos, unidos, como si fueran una pandilla. En la película no se hace un juicio, no se juzga a los personajes. Se pasa naturalmente de una cosa a la otra. ¿Le fue difícil lograr esa zona gris?

Yohan Manca: Creo que es un poco lo que decía antes. Todo es una mezcla de colores. Hay mucha violencia en los barrios, pero también hay mucho amor, mucha fraternidad. Es un lugar en donde se puede ver a un niño ayudar a una abuela a subir las escaleras para llegar hasta su apartamento, y al mismo tiempo verlo coger una pistola para amenazar a alguien con quien tiene problemas. Es un sitio en donde todos los conflictos están a flor de piel. Es la locura del barrio, que es la locura de la vida también.

 

Mis hermanos y yo

 

 

El Malpensante: Una de las preguntas clásicas que se hacen muchos artistas en algún momento de su vida es: “¿Quiero hacer arte o debo sobrevivir?”. ¿Cómo lo ve usted?

Yohan Manca: Creo que depende de la edad, del momento de vida. Cuando tienes 30 años, como yo, y cuando has vivido algunas cosas en tu vida, hacer arte es sobrevivir. Sobrevivir y hacer sobrevivir a alguien más, a algún chico que puede mirar tu película, por ejemplo. Eso es hacer arte para mí. Pero creo que depende también de tu forma de vivir, porque hacer una película es un sufrimiento total. Es doloroso durante todas las partes del proceso.

El Malpensante: Una pregunta obligada: con “Una furtiva lágrima”, que suena en diferentes pasajes de la película, le rinde un homenaje a la ópera. ¿Por qué la elección de esa pieza en particular?

Yohan Manca: Bueno, fue un homenaje a Judith, que es la protagonista y que fue la madre de mi niña [se refiere a la actriz Judith Chemla, con quien tiene una hija y estuvo casado, y de quien se separó en 2021]. Entonces, escribo por ella y por la ópera en general. Siempre me ha encantado el aria de “Una furtiva lágrima”. Porque creo que hay cosas especiales en ella, como cuando se muere alguien, que es cuando se muere el amor también. Esto hizo que me pareciera perfecta para la película.

El Malpensante: Esta película llegó hasta Cannes: fue seleccionada para competir en Un certain regard. Fue un bello homenaje a su vida, a su esfuerzo. ¿Cómo vivió ese momento?

Yohan Manca: Como se dice en Francia, estas cosas son la cerise sur le gâteau [“la cereza del pastel”]. Pero creo que no son lo más importante. Sí es importante en el sentido de que la película va a estar en uno de los mercados más importantes del mundo, y entonces su mensaje podrá transmitirse; pero a mí no me encandelilla toda esa luz. El mundo del cine es un mundo de mucho dinero, a veces muy superficial. No sé si hay mucha alma en esos lugares. Los hermanos Dardenne [Luc y Jean-Pierre Dardenne, un dúo de directores de cine belga] dicen algo que me ha marcado mucho: es necesario mantenerse alejado del medio del cine. Además, cuando te pasan cosas un poco graves en la vida, te das cuenta de que lo más importante es el amor, son los niños, es la vida. Y es la película en sí misma, la obra de arte que permanece en la eternidad. Eso es lo más importante. Los paparazzi, las marcas de lujo.. Nada de eso me interesa. Tengo ya 80 años en mi cabeza [risas].

El Malpensante: Hace solo unos días murió Godard. ¿Qué opinión le mereció el hecho?

Yohan Manca: En realidad, para mí se murió hace mucho tiempo, porque era ese personaje especial y misterioso que vivía escondido en Suiza. Ahora se va allá, al cielo. Es una leyenda. Aunque a mí me gustaba más Truffaut.

El Malpensante: Usted tiene un poco de Truffaut, de hecho.

Yohan Manca: Bueno, no sé [risas]. La mirada de la cámara, quizás.

El Malpensante: Para terminar: ¿cuáles son sus próximos planes?

Yohan Manca: La vida continúa. Ahora tengo que buscar un poco de paz en mi corazón para hacer arte de nuevo y sobrevivir. 

 

21-09-2022

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