“Una obra musical puede verse como una obra literaria”: una entrevista con Martin Wåhlberg"

Un trenzado de belleza, placer y desengaño es el que crece dentro de la ópera de George Friedrich Händel que trae a Colombia el director de orquesta Martin Wåhlberg con su Orkester Nord.

 

POR Gelber Morán

Diciembre 19 2022
“Una obra musical puede verse como una obra literaria”: una entrevista con Martin Wåhlberg"

 

La Orkester Nord llegó desde Noruega a Bogotá para presentar el 10 y 11 de diciembre en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo la ópera El triunfo del tiempo y del desengaño de Händel bajo la dirección de Martin Wahlberg. El Malpensante conversó con Wahlberg sobre la obra y su trayectoria musical.

 

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¿Qué lo hizo enamorarse de la música y dedicarse a ella?

Al igual que mucha gente empecé a tocar música de niño. Primero toqué el violonchelo, luego me dediqué a la interpretación de varios instrumentos, cosa que sigo haciendo de vez en cuando. Hubo un momento en el que empecé a disfrutar también de la comunicación que generas durante un concierto con el público. Cuando tocas frente a otros surge una especie de magia y creas un sentimiento mientras la haces; creas una atmósfera especial, se siente en la sala. Eso es lo que realmente me gusta de la música: forjar esa atmósfera especial en la que sientes que junto con el público puedes compartir dichos momentos.

 

Cuéntenos cómo nació Orkester Nord.

Nació porque solía tocar mucho con un amigo mío, Eric Hussein, un magnífico intérprete de instrumentos de cuerda como el laúd y la tiorba. Los dos estábamos conectados y con el tiempo vimos que necesitábamos una orquesta. Pensamos en crear una orquesta pero nos dimos cuenta de que no es tan fácil como parece. En todo caso, poco a poco, la orquesta se fue desarrollando. Actualmente, después de ser solo nosotros dos, hacemos producciones mucho más grandes y es realmente divertido.

 

¿Cree que la música clásica ha transformado al mundo contemporáneo? En caso de que sí, ¿cómo lo ha hecho?

Es una pregunta muy interesante y creo que podría hablar de ella en muchos y muy diferentes niveles. Hoy en día, bastantes personas asocian la música clásica con ir a una sala de conciertos, sentarse en silencio durante varias horas y escuchar música sin hacer ningún ruido. Gran parte de las piezas que hoy se entienden como música clásica (lo que hacen compositores como Mozart, Beethoven o Händel) no se interpreta en absoluto como debería ser. Tenemos la sensación de una distancia cada vez mayor entre el mundo de la música clásica, que se percibe como lento y propio de momentos de meditación, y el rápido movimiento de las redes sociales y series en Netflix. Por ejemplo, hay series como Soul Train que se pueden ver en Tik Tok. Puedes encontrar buenas películas que duran muy poco tiempo.

Y por eso ahora se entablan discusiones sobre lo poco actual que es la música clásica gracias a nuestros lapsos de atención, que son cada vez más cortos. En los medios de comunicación se habla con frecuencia del problema de los niños y su déficit de atención. Pero si nos remontamos al siglo XVIII y nos fijamos en las condiciones en las que se hicieron óperas como las de Händel, vemos que el público no era totalmente silenciado. Había momentos muy cortos de atención. En estos debates sobre cómo la música clásica de hoy puede llegar a nuevos públicos no creo que tengamos que mirar tan lejos. Tal vez el problema es que nos hemos desconectado de lo que la música estaba destinada a ser y tenemos que volver a conectarnos con los aspectos más concretos de la música del pasado.

 

Cuando estaba preparando El triunfo del tiempo y la verdad de Händel, ¿cuál fue el reto más difícil para usted y para todo el equipo del Orkester Nord?

Es una obra muy abstracta. Normalmente, en las óperas hay un acento, algo ocurre, alguien se enamora o no se enamora, alguien muere o hay drama. Pero El triunfo del tiempo... es más como un tratado filosófico, y sus cuatro personajes son alegóricos. Uno de ellos es la verdad, otro es la belleza. Toda la discusión gira entorno a estas dos. El personaje principal será más influenciado por el placer y por el tiempo, y se dará cuenta de que no seguirá siendo bello toda su vida. El gran reto en esta pieza es transmitir este mensaje, el cual le habla a todo el mundo. A todos nos preocupa lo que aparentamos, y el hecho de que el tiempo pasa volando es algo universal, a veces incluso bastante abstracto. Así que queremos lograr comunicar esto de una manera que sea realmente comprensible. Ese es el gran reto de esta pieza. Esta versión también tiene algunos elementos escénicos muy pequeños pero efectivos. Si vienes a la representación podrás decirme después si te convence o no.

Otra de las cosas especiales de esta pieza es que tiene una música fantástica. Händel la escribió cuando era joven; estaba lleno de energía, así que hizo una música hermosa. Pero el texto fue escrito por un cardenal muy viejo. Escuchar la música en sí está muy bien, pero es aún mejor si se puede entender lo que realmente sucede.

 

¿Cuáles han sido las principales influencias musicales de Orkester Nord?

Una gran influencia son los grandes intérpretes que vinieron antes que nosotros. Hay muchos directores y orquestas famosos con los que hemos actuado y que han sido nuestros profesores. Pero, al mismo tiempo, vivimos en 2022, por lo que también hemos escuchado y nos han afectado muchos otros tipos de música, como el jazz. Los músicos clásicos de hoy viven combinando diferentes influencias, algo que creo que está muy bien, si bien no es nuevo. En el siglo XVIII la sociedad no estaba unificada en absoluto, tampoco en la música. Si ibas de una ciudad a otra podías escuchar tipos de música completamente diferentes, y eso es algo que queremos transmitir.

 

 

He leído que ha escrito dos libros y que tienes un vínculo especial con la literatura. Háblenos de sus influencias literarias.

A mí siempre me ha gustado leer. Estudié literatura en Francia cuando era más joven y nunca la abandoné. Escribir y leer son dos grandes inspiraciones cuando se hacen proyectos musicales. Muchos de nuestros proyectos musicales realmente surgen de lo que leo. Y si bien escribir y hacer música son dos formas diferentes de expresarse, lo cierto es que una obra musical puede verse como una obra literaria; una sinfonía o una sonata suele ser una historia. Es una historia con sus pueblos, sus personajes. Tiene un principio y un problema que se desarrolla. Y luego, hacia el final, hay una solución, ya sabes, casi como una obra de teatro.

Para mí es importante contar historias a través de los proyectos musicales que hacemos, y no solo interpretarlos, sino también intentar decir algo. Por eso creo que es triste la separación que tenemos hoy en día entre las diferentes disciplinas artísticas y las humanidades: entre literatura, música, pintura, teología o historia. En el pasado no era de esa manera. Por ejemplo, el profesor de latín tenía que enseñar historia y otras materias. Así que creo que también es importante, en realidad, cuando tratamos de acercarnos a la música de esa época, entenderla desde lo literario. Además porque creo que, a menudo, a la gente que le gusta la música también le gusta la literatura. Las dos no son tan diferentes como muchos piensan.

ACERCA DEL AUTOR


Estudiante de sociología, músico y poeta. Emprendedor en la radio online www.efectofuzz.com